5/06/2008

Ahora.

Después de beberme la añoranza en botellas medianas sorbo a sorbo comprendí, comparando el sabor de unos y otros, en tantas ocasiones me vi, demacrada en el exceso del dolor, queriendo encontrarte, no lo conseguí. Perdiendo el control del agua en mis ojos, derramando la tristeza con cantos en sueños pequeños, tan sólo quería abrazarte, tocando tus palabras con la lengua, recorriendo tus pensamientos sin color, quería ser tu mayor anhelo. Quiero contarte lo que era mi vida sin tí, pero no tengo un comienzo, construí mi memoria de recortes chiquitos, de momentos grises o en technicolor, de sonrisas falsas y lágrimas entrantes. De buscarte en todas partes. De desearte sin haberte conocido, de tentar al destino por encontrarte. de la desesperación de ver tu lugar vacío. Después de embriagarme del calor de otros brazos, del deseo comprado con alcohol, caminando en la senda oscura de la confusión, sin distinguir tu voz del tumulto, guardando lo poco que quedaba de mi para ese día en que por fin te conociera. Y no perdía la esperanza. Arrastrando mis instintos, arañando la pared del fracaso, sumergida en el peligro, te busqué.
Cercanamente te pareces a lo ideal, en tu sonrisa dibujo mil caricias por dar, quiero gastarme los minutos en abrazos profundos, con besos llenos de libido de saberte completamente para mí. ¡Palpítame para siempre! Estremece mis sentidos con tus labios, recompone las palabras en mis frases, conviértete en la inspiración de mis mañanas y en el ferviente deseo de mis noches, escribe tu nombre en mi piel con tus dientes, recorre mi cuerpo con tus manos perfectas, erízame, hazme sentir que me esperas. Revuelve en tu saliva mis rimas sin sonido.

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