6/10/2016

Actual

Comprando caricias incompletas, a precio de un rato de placer, a precio de cuerpo utilizado, besos sin sabor, caricias sin pasión, soy un pedazo de carne, escupido y descolorido. No estoy facultada para sentir más que eso, para ser el ratito de alguien que cierra los ojos cuando me ve, que ni siquiera me llama por mi nombre, que prefiere limitarse a solo sentir y nada más que eso. Su piel no se eriza, sus ojos no brillan cuando me ve,su voz no estremece nada. Sus dientes son tan perfectos, su piel tan intacta, sus ventanas no llevan al paraíso. Y es tan triste, tan gris, que solo puedo limitarme a no quererlo, a que mis nervios se los atribuya al suspenso que me da pensar qué se le habrá ocurrido esta vez. O quizá le temo. Sin embargo, sigo siendo algo que puede adquirir fácilmente, algo como todo lo que se consume hoy, en que abres, preparas, comes y desechas. ...