adentro

Adentro, como en un sueño, donde no hay más que libertad, en ese hueco me encuentro siempre que pienso en tí, rodeada de lágrimas y lamentos, disfrazo las mentiras con vestido de dolor, sonrío como si en verdad fuera feliz, como si nunca te hubieras ido y te tuviera todavía aquí, adentro como en una esfera en donde nadie vive ya, tan vacío y solo, tan frío, tan lleno de ti, de esa fragancia hipnotizante, de la sustancia que alimentaba al corazón, de tus besos impregnados de un pálido sabor, porque has llegado al límite de la indecencia con tus propuestas locas, con esa caricia que me das todos los días y he de extrañarte si no estás, maldita sea!, es tan injusto sentir después de todo lo llorado, es tan inútil vivir después de haberte encontrado. Adentro, atrapada en tu recuerdo, acostada junto a tu sombra, porque no quiero dejarte ir, prendida de tu lengua que me recorre para limpiar tu rastro, tan seco, maquillando la fantasía con el color de tu adiós, estoy encerrada en el deseo, de verte una y otra vez, de besar tus ojos y con la mirada pedirte que te quedes, pedirte que me quieras, porque no es así. Adentro de tu boca reconstruyendo tus besos, adentro de tus sueños, donde no queda más que cerrar los ojos y olvidar. Adentro donde la felicidad existe en pequeñas burbujas de cristal, que se mueven al sonido de tu voz, en la presencia de tus labios, en los latidos de tu corazón.